28 abril 2013

Puro estatismo chavista


Diario Expreso
Luis García Miró Elguera

El gobierno arremete para cerrar la compra de las operaciones de Repsol en el Perú. El presidente Ollanta Humala ya se reunió en palacio con el mandamás de Repsol, Antonio Brufau. Está dispuesto a gastar US$2 mil millones para hacerse de una refinería obsoleta y contaminadora, de un viejo negocio de GLP, y de una cadena de grifos. Dicho sea de paso, en su precipitación el humalismo ha violado normas y detalles que anularían la esencia misma de cualquier transacción en ese sentido. En primer término, la Constitución precisa que el Estado no tiene rol empresarial, salvo casos especiales que disponga la ley. En consecuencia hace falta que el Congreso sancione esa ley. En tanto ello no ocurra, el Ejecutivo está impedido de ejecutar este brulote con todas las características de una vuelta al Estado empresario que le costó la quiebra al país. En segundo lugar el Directorio de Petroperú –el vehículo que usaría el humalismo para concretar la compra– no ha sido siquiera informado de las intenciones del gobierno, lo que trasgrede el Estatuto de aquel ente estatal. Tercero, el gobierno no ha formulado un plan financiero que demuestre la conveniencia de invertir US$2 mil millones en una aventura que tan sólo refinaría petróleo importado, porque el Perú produce muy poco oro negro. Esto está demostrado a lo largo de los 45 años transcurridos desde que Velasco nacionalizara la industria petrolera. Ni Petroperú ni empresas extranjeras han hallado ese recurso. De otro lado el gobierno no justifica por qué dejaría de colocar aquellos US$2 mil millones en Educación, Salud y Seguridad ciudadana, sectores fundamentales atendidos de manera lamentable por falta de presupuesto. Por su lado Repsol habría incumplido una serie de formalismos para dar paso a la supuesta oferta del Perú para comprar sus activos. Siendo un asunto de alta importancia, por lo menos no se conoce que haya dado cuenta de ello a Conasev, como está obligada porque Relapasa (Refinería La Pampilla) cotiza en la Bolsa de Lima. Y siguen las infracciones del gobierno y de la española Repsol.
¿Qué haría Petroperú comprando Repsol? “Bajar el precio de los combustibles”, responden los demagogos del oficialismo. Pero, ¿cómo? Si acabamos de recordar que producimos muy poco petróleo. La mayoría viene de Ecuador y Venezuela a precio internacional. Acá Petroperú y Repsol –ahora mismo– se dedican sólo a refinar y a comercializar lo que importan. Supuestamente compiten, aunque esto no ocurre porque ambos arreglan los precios. Ergo lo que busca el gobierno es usar a Petro –tras comprar Repsol– para vender combustible subsidiado, haciendo populismo a un costo que acabaría quebrantando nuevamente al Fisco. Pero si el gobierno quiere bajar el precio de los combustibles, ¿por qué no fomenta el GN, carburante barato que nos permite autoabastecer industrias, transporte, etc.? Lo que sucede, señores, es que el humalismo quiere retrotraernos al vil estatismo. 

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