13 mayo 2013

Las fortalezas de la derecha en el Perú


Por Eduardo Dargent (eduardo.dargent@revistavelaverde.pe)

Ollanta Humala fue apanado en su tímido intento de comprar refinerías y grifos. Ello ha llevado a que algunos, como Carlos Meléndez, se pregunten por qué es tan fuerte la derecha en el Perú. La respuesta no es sencilla, desde hace tiempo varios analistas y académicos intentan explicar el caso peruano. Con la injusticia del espacio, aquí un esbozo de respuesta basada en tres factores.

Meléndez considera que la clave de la respuesta es electoral. La solución de la megacrisis de los ochenta construyó un sentido común de derecha y pro-mercado en “nuestras élites y en un sector mayoritariodel electorado”. Sumemos a ello que ese electorado y dichas élites están enLima, rodeando el Palacio Presidencial.
Estoy de acuerdo tanto en la importancia de dicho factorcomo con el momento en que nace la criatura, pero me parece insuficiente como explicación. Si uno mira encuestas como LAPOP, los peruanos son bastante estatistas, un poco menos que otros países en la región, pero no sustancialmente. 

No olvidemos, además, que en el 2006 casi gana la opción anti-mercado. Me parece que dicho sector pro-mercado está representado porLourdes Flores en el 2001 y 2006, o PPK en el 2011. No es poco, pero dista deser mayoritario. Otra buena parte del electorado está a la izquierda, mientras que la mayoría parece bastante ambigua en su relación con el mercado. En breve, electoralmente este país podría tranquilamente estar un par de pasos más a la izquierda, no gran transformación style pero sí más a la izquierda. Construir una base electoral crítica del statu quo es todavía una posibilidad, especialmente desde el poder.

Para Francisco Durand, experto en grupos económicos, la clave está en el enorme poder de los empresarios favorecidos y fortalecidos por el modelo económico: banqueros, mineros, exportadores. Sus recursos, cercanía a medios de comunicación y control sobre funcionarios cimientan su poder. Se incrementa dicho dominio por la debilidad y fragmentación de otros actores que se oponen al modelo, como sindicatos y partidos de izquierda. Para colmo, los altos precios de las materias primas le dan anfetaminas. Ni partido político de derecha necesitan para ejercer su gran poder.

Durand acierta en varios puntos. Los ricos tienen más recursos y menos dificultad para organizarse: con veinte llamadas están todos los expresidentes de la Confiep en una misma sala. Pero por sí sola la explicación tiene problemas. Primero, falta lo que menciona Meléndez: no es solo por la influencia del empresariado que muchos defienden la continuidad del modelo.  Parte de la sociedad y de las élites también temen desarmar el presente.  
Pero además creo que tanto esta perspectiva como la primera dejan de lado un factor que merece peso propio. Como ha señalado Alberto Vergara al analizar la situación peruana, la cual describe como alternancia sin alternativa, y como discuto en algunos trabajos, hay que considerar el peso de tecnócratas y funcionarios en el Estado. 

Desde inicios de los noventa técnicos ortodoxos se haninstalado en el Estado. Se han convertido en garantes, el símbolo, de lacontinuidad. Si bien coinciden en mucho con la empresa privada, no considero que sean sus agentes. Tienen ideas propias, a veces siendo más papistas que el Papa. Y pueden actuar como un enorme poder de veto pro-mercado. Entre los funcionarios del MEF se comenta que un factor clave para mantener el modelo ha sido la amenaza de renuncia del ministro de Economía. 

¿Puede cambiar esta situación? Probablemente si hay un presidente popular que logre construir una base de apoyo más estable, o si surgen grupos más organizados opuestos al statu quo. Mientras ello no suceda, parece que la derecha seguirá siendo fuerte, más de lo que lo es en elecciones.


Plaza Mayor de Lima

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